En el ámbito de las artes plásticas, la crítica de arte atraviesa por un momento de crisis de identidad relacionado con sus funciones y articulación con el sistema artístico; además, se ha convertido en una práctica polifacética cuyas producciones, en muchos casos, contienen ambigüedades y especulaciones sobre los temas artísticos. Argumentar la crítica como obra de obras tiene como propósito re-nombrar de manera funcional y conceptual el oficio del crítico, ampliando el alcance del concepto de arte, artista y obra en el contexto colombiano. A raíz de la crisis por la que atraviesa la crítica de arte, se presenta una propuesta para reducir tal complejidad, de la manera más inclusiva y acorde con las dinámicas del arte actual. A partir de estudios de caso, se ha realizado una contextualización de los conceptos de arte, artista, obra y crítico que circulan entre los artistas, al igual que se han tenido en cuenta las prácticas de consumo cultural1 de los posibles espectadores del arte de nuestro país. Estos conceptos se han analizado bajo la lente teórica de Niklas Luhmann2 y su teoría de sistemas sociales autorreferentes. Se ha hecho una comparación y un nuevo acoplamiento del contexto, del texto y el intexto, para llegar a concluir que la crítica de arte, se ubica funcionalmente dentro del sistema del arte3 y se puede definir como práctica artística contemporánea y sus productos como obra de arte, explicados “como acoplamientos artísticos con contenidos estéticos polisémicos, operativamente clausurados”4. Además, es posible que el objeto de la crítica de arte contemporánea ya no se limite a la obra de arte; puede extenderse a todas las operaciones y estructuras del arte. Si la crítica de arte se aislara del sistema para habitar en la periferia, es probable que sus producciones terminen por ser inútiles para la dinámica regeneradora del arte y acabe por ser excluida hasta desaparecer.