El objeto de estudio de este trabajo son las familias agricultoras de El Salado,
un corregimiento del departamento de Bolívar en Colombia. Estas familias fueron
afectadas por la violencia, especialmente en dos masacres comandadas por
las Autodefensas Unidas de Colombia en 1997 y 2000. La principal consecuencia
de este episodio fue el desplazamiento forzado de sus habitantes.
La expulsión de personas de la zona rural colombiana por grupos armados es
una de las problemáticas sociales más serias que afronta el país. Desde finales
de 2010, la cifra alcanza 3,75 millones de personas según el ACNUR (Alto Comisionado
para los Refugiados) y se estima que el 9% de la población nacional ha
sido víctima de desplazamiento.