Abstract |
En este artículo quiero poner en relieve el nacimiento de la nación ecuatoriana por un proceso de distinción y creación de confines externos e internos respecto de la pertenencia nacional imaginada como legítima. Después de la independencia, la demarcación de las fronteras nacionales se transforma en el medio fundamental a través del cual los nuevos Estados comienzan a ejercitar su soberanía sobre un territorio reconocido como propio. En el contexto de la creación de la identidad nacional ecuatoriana, la historia asume el papel de reglamentar la memoria y el olvido para valorizar los rasgos propios de la comunidad y por distinguirla de las otras naciones, en específico del Perú ; es decir propone una representación del pasado finalizada al control del presente. Por cuánto concierne el establecimiento de los confines internos, hay que destacar como se vino formando una ideología del Ecuador como nación mestiza que tuvo su cumbre en la temporada populista. Esa ideología interpreta la diversidad sociocultural de la población como el legado de un proceso inconcluso de construcción del Estado-nación que tiene que ser superado por el mestizaje y la consolidación de una ecuatorianidad culturalmente homogénea. |