Abstract |
En los años recientes, el estado de Chiapas se ha convertido, por primera vez en su historia, en una entidad expulsora de mano de obra hacia la frontera norte y Estados Unidos. En este marco, el artículo analiza algunas características que exhibe la economía chiapaneca a partir de la década de 1980, su dependencia creciente de las transferencias federales y la dificultad para convertir ese masivo envío de dinero en una mejoría socio-económica para sus habitantes. Con la crisis del campo se determinó la ruptura de un equilibrio frágil, en el que el sector primario retenía la mano de obra local en actividades que aseguraban ingresos suficientes para satisfacer las necesidades básicas de las familias (principalmente la producción de maíz y café). Esta crisis, sumada a la devastación causada por el huracán Mitch en 1998, se convirtió en el detonador del éxodo migratorio que se hizo visible a finales del decenio de 1990. |