Abstract |
Los efectos que los Tratados de Libre Comercio pueden tener sobre el empleo resultan complejos de analizar, porque involucran diversos impactos, a menudo contrapuestos, cuyo resultado final es difícil de prever: hay sectores que se ven afectados por la competencia externa (y que, en consecuencia, despiden trabajadores), en tanto que otros aprovechan las oportunidades generadas por la apertura de los socios comerciales (incrementando en consecuencia su empleo). Así mismo, se presentan modificaciones en la tasa de cambio, a menudo asociadas a la devaluación real que se ocasiona por el aumento de las importaciones, que responden más rápidamente a las nuevas oportunidades, que las exportaciones. Esos cambios alteran la relación entre sectores comercializables y no comercializables, afectando el empleo, en la medida en que la intensidad factorial difiera entre ambos grupos. Aunque estos efectos tienden a compensarse en mediano y largo plazo, cuando las exportaciones responden a los nuevos estímulos generados, pueden tener consecuencias importantes en la percepción que se tenga de los Tratados. En tercer lugar los TLC generan procesos de modernización en la economía, que al alterar la productividad general, modifican las funciones de demanda de trabajo y alteran la composición de las mismas, en términos del grado de calificación del trabajo. Por último, la mayor integración económica con otros países posibilita mayores flujos de inversión, que modifican radicalmente las posibilidades de crecimiento de la economía, generando nuevas posibilidades de empleo, y nuevas oportunidades de bienestar para la población, si es que se aprovechan adecuadamente las nuevas condiciones. |