Teodore Schultz, en su artículo “Investment in Human Capital” publicado en
American Economic Review en 1961 propuso analizar el conocimiento y las habilidades de
los individuos como una forma de capital y consideró que esta inversión en “capital”
humano era la explicación principal de los diferenciales salariales entre los individuos y las
naciones. En su trabajo, Shultz nos advierte que existe un problema práctico y conceptual
para distinguir entre los gastos que son puro consumo, en tanto que sólo satisfacen la
preferencia del consumidor y los que representan una inversión en capital humano, al
incrementar las capacidades individuales. Aún más, Schultz encuentra que gran parte de las
actividades más relevantes de los individuos satisfacen ambas condiciones, por lo que
resulta muy complicado separarlas. En un esfuerzo de síntesis, el autor propone 5
actividades que sin duda mejoran las capacidades humanas, por lo que el gasto en ellas
debe considerarse como una inversión en capital humano: 1. La salud y los servicios; 2. La
capacitación laborar que ofrecen las empresas; 3. La educación formal; 4. La educación
para adultos, especialmente a las áreas agrícolas y 5. La migración familiar en búsqueda de
mejores oportunidades de trabajo.