Abstract |
El desarrollo urbano de la ciudad de México orientado a la construcción de infraestructura vial, ha contribuido al deterioro del espacio público y a la división de las colonias, dificultando la movilidad a pie y obstaculizando el acceso a los recursos de la ciudad. En este contexto, el peatón ha desarrollado una forma particular de comportarse en el espacio urbano y de desviar la norma, que ha conllevado a calificar su conducta de “irresponsable”. La actitud adoptada por el peatón nos habla de la configuración espacial de la ciudad, la calidad de sus espacios públicos y la naturaleza de las políticas de planeación urbana y de seguridad. El peatón es el producto de un entorno que niega la existencia del paseante y exige del que camina adaptaciones constantes. En este artículo, buscamos establecer un diálogo entre la figura del flâneur (paseante) y las prácticas del peatón en la ciudad de México, poniendo de manifiesto la distancia entre la definición ideal-típica del primero y la realidad cotidiana del segundo. Mientras que el paseante encarna una ciudad que permite la creación de vínculos sociales y sensoriales, el peatón es una expresión de la negación del derecho a la ciudad. |