a las comunidades étnicas, con el fin de evitar negociaciones que dificulten la
explotación de los recursos naturales que allí se encuentran, para obviar
procesos de consulta previa que alejen a la inversión extranj
era.
Las marchas indígenas que se presentaron durante el 2009 reflejaron la
necesidad que tienen las comunidades indígenas de legalizar y proteger sus
territorios. El Estado ha desconocido tanto títulos coloniales como las leyes
que desarrollaron los
derechos reconocidos por la Constitución de 1991.
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Los programas de reforma agraria desconocieron igualmente las posesiones
ancestrales de las comunidades indígenas, asì como el convenio OIT 169
aprobado por la Ley 21 de 1991 sin embargo el derecho a
la consulta previa,
considerado como derecho fundamental por la Corte Constitucional está
permanentemente desconocido.
Las comunidades indígenas no han escapado de la crisis humanitaria que ha
afectado al país en los ùltimos años: El desplazamiento forza
do, pero los
desplazamientos colectivos a los cuales se han visto sometidos no han sido
atendidos de manera adecuada por parte de la institucionalidad colombiana.
Las comunidades indígenas desde la creación de resguardos coloniales, han
visto la reducci
ón de sus territorios ancestrales. Actualmente frente a la gran
activismo y supuesta eficiencia con la que se tramitan las solicitudes mineras
en INGEOMINAS, se observa un rezago y demora injustificada en el trámite de
las solicitudes de titulación y amp
liación de resguardos indígenas.
Las instituciones de autogobierno de las comunidades étnicas están siendo
penetradas por los intereses económicos que quieren adelantar obras en los
territorios ancestrales. Es así como las alcadlías municipales encargad
as del
registro de Consejos Comunitarios no están dando trámite a las decisiones que
se toman al interior de las comunidades a traves de las asambleas, y
promueven elecciones amañadas de juntas directivas que representan los
intereses de personas ajenas
a la comundiades
El territorio para las comunidades indígenas, negras y campesinas puede
asumir la función y forma de bien común. Es así como el concepto de territorio
implica una relación de las comunidades con la tierra, que va más allá de la
relac
ión económica, llegando al lugar de la cultura. Para las comunidades
indígenas esta relación es especialmente importante, pues como lo ha
señalado la Corte Constitucional, el territorio es el lugar donde se construye la
identidad, donde se construye la v
ida colectiva, su identidad colectiva.
El análisis de los bienes comunes de las comunidades indígenas, negras y
campesinas en Colombia, requiere la comprensión de las condiciones
estructurales en las que están ocurriendo los fenómenos del desplazamien
to
forzado y el despojo de tierras.