El campo de la protesta en Dakhla, ciudad que se encuentra en el territorio
disputado por Marruecos y el Frente Polisario, se ha transformado durante los años
2000. Hoy es posible observar en esta ciudad prácticas contestatarias improbables aún
en tiempos recientes, dado los dispositivos coercitivos utilizados por las autoridades
marroquíes desde su instalación en esta ciudad en 1979. Sin embargo, a mediados de la
década de los 90 y, particularmente, a comienzos de los años 2000, el recurso a tales
prácticas represivas parece haberse reducido2
. Los habitantes de Dakhla se expresan hoy
más libremente que en el pasado tanto en sus casas como en las reuniones en los cafés.
La palabra se ha liberado en la esfera privada, lo que ofrece un contraste importante
respecto a las experiencias vividas por los saharaui durante los “años de plomo” (años
80), década negra de la historia marroquí. Esta dinámica concierne también el paso a la
acción colectiva de los actores opositores. Los costes ligados a la acción militante se
han reducido y parecen depender no tanto del acto de la protesta en sí como de los
enunciados de la movilización. En efecto, es en el ámbito de los enunciados donde se
1 Este texto se enmarca en el proyecto I+D “Observatorio político España-Magreb: liberalización política
y migraciones”, SEC 2005-08867-C03-02, financiado por el Ministerio de Educación.
2 No obstante, estas no han desaparecido como lo demuestran estos dos ejemplos: el primero se refiere a la ubicación de un punto de control de la policía de la Seguridad Nacional en
la entrada/salida de la ciudad, en la única carretera de acceso a la ciudad. Toda persona o vehículo es controlado incluso para ir a la playa, situada a algunos kilómetros de Dakhla; el
segundo ejemplo ha sido evocado en numerosas ocasiones por los políticos y empresarios locales al necesitar viajar a menudo a Rabat o a Casablaca, y hace referencia al precio
elevado de los vuelos con destinos como Agadir o Casablanca, dado que las distancias son muy largas y el aislamiento de Dakhla importante (está situada a unos 1 200 kilómetros de
Agadir y a 1 800 de Rabat). Por otro lado, los factores que explican mayores niveles de libertad de expresión y movimiento no serán analizados en este trabajo: dos dinámicas han
sido subrayadas en trabajos recientes: transformaciones en el régimen y lucha militante. Ver a este sujeto, Vairel (2005).
sitúan las líneas rojas de la protesta3
y, desde este punto de vista, las protestas sociales y
económicas parecen formar parte de la contestación tolerada, siempre y cuando no sean
consideradas como desestabilizadoras del orden público; en revancha, las protestas de
orden político o que articulen una dimensión política, continúan formando parte del
ámbito de lo prohibido4
.