El turismo, que emerge como un fenómeno global en el comienzo de la segunda mitad del siglo XX, requirió de una rápida formación de recursos humanos, los cuales se formaron a partir de una concepción muy limitada de lo que es el turismo, ya quedebía ser operativa. En esa etapa el turismo era considerado como una industria sin chimeneas, un mecanismo para la paz y la amistad de los pueblos y otras visiones ideológicos que ocultaban la realidad. En cinco décadas, el turismo se fue afianzando como actividad global y la formación era congruente con la profesionalización de la misma. Cuando esta actividad intenta pasar a otro nivel y buscar el reconocimiento científico a través de la investigación, es que la situación entra en crisis. Hoy se da la doble distorsión entre una forma profesional no adecuada limitada al servicio, que deja de lado el desarrollo de la región y ciudad de acogida. Esta dualidad o contradicción entre la formación profesionalizante tradicional y un nuevo enfoque del turismo está en el centro de la formación del posgrado y la investigación sobre el tema.