Abstract |
En este estudio se muestra cómo el cambio climático ocasiona reducciones en la producción, los rendimientos y las ganancias de los agricultores centroamericanos. Además, se cuantifica el efecto directo de las variaciones en temperatura y precipitación sobre la producción, rendimientos y las ganancias agrícolas. Una estimación de los efectos e impactos del cambio climático para los años futuros 2020, 2030, 2050, 2070 y 2100, mediante modelos de funciones de producción, indica que el cambio climático producirá impactos negativos sobre la producción agropecuaria. Los cambios en temperatura y precipitación repercutirán en un deficiente suministro de alimentos en la región, y consecuentemente en pérdidas económicas. Estas pérdidas se proyectan en alrededor de 19% del PIB1 . Las estimaciones realizadas con base en los escenarios climáticos predicen que la mayor proporción de las pérdidas se deben a incrementos en la temperatura. De manera complementaria, al modelar los efectos de las variaciones climáticas en los rendimientos de tres cultivos, maíz, frijol y arroz, los resultados evidencian que es en la producción de frijol donde se presentarían las mayores pérdidas económicas, seguida de la producción de arroz y por último del maíz. A manera de conclusión, es posible determinar que el cambio climático traerá efectos adversos sobre los rendimientos de varios productos agrícolas y pecuarios, lo que en algunos casos se traduciría en pérdidas económicas importantes. Adicionalmente, en el caso de un análisis piloto realizado para Honduras, se puede precisar que las ganancias agrícolas son sensibles al clima, ya que un aumento marginal en la temperatura promedio anual de un grado Celsius disminuye las ganancias agrícolas anuales en un promedio de aproximadamente 26 dólares, 3% del ingreso promedio agropecuario, pero cerca del 5% para 80% de los agricultores. Es por ello que conviene reforzar las medidas de adaptación de la agricultura del Istmo Centroamericano, más aun cuando se considera la baja capitalización del agro en las dos décadas pasadas, el reducido capital humano y los desafíos alimentarios que enfrenta la región centroamericana. Este informe muestra que para el caso de la producción agropecuaria ya se habría sobrepasado la temperatura y la precipitación que maximizan la producción; es decir, tanto la temperatura como la precipitación actual se encuentran en la parte decreciente de su función. Incrementos tanto en precipitación como en temperatura podrían ocasionar pérdidas en la producción agrícola. Asimismo, los aumentos en temperatura también ocasionarán rendimientos decrecientes en la función de producción pecuaria. Así, el análisis de las funciones de producción señala que el calentamiento global ya está ocasionando efectos negativos en la producción agropecuaria. Asimismo, se evaluaron los posibles efectos del cambio climático sobre la producción del maíz, el frijol y el arroz. Las estimaciones muestran que —manteniendo las otras variables de control constantes— en el caso del maíz el cambio climático podría generar ganancias en producción en un corto plazo, y después se incurriría en pérdidas. Para el arroz, los resultados sugieren que el calentamiento global conllevaría pérdidas a largo plazo en la producción, ya que se estaría por exceder la temperatura promedio que permite alcanzar el mayor rendimiento, mientras que para el frijol ya se habría rebasado dicha temperatura. En consecuencia, el calentamiento global ya está teniendo efectos negativos sobre este producto. 1 Se toma como referencia los impactos a 2100 en porcentajes del PIB de 2007 del Istmo Centroamericano. 2 En el caso de la precipitación promedio anual, manteniendo las otras variables constantes, se identificó que bajos niveles de precipitación tienden a reducir los rendimientos de cada uno de los tres cultivos. Pero cuando la precipitación aumenta se favorece la producción de los tres cultivos sólo hasta cierto nivel. La producción de maíz tiende a decrecer una vez que se rebasan relativamente altos niveles de precipitación para los niveles de la subregión, en tanto que los rendimientos de frijol y arroz tienden a decrecer cuando la precipitación supera el nivel promedio actual de la subregión. Así, estos resultados iniciales hacen evidente la necesidad de compensar, ya sea con irrigación o con la introducción de nuevas tecnologías, las posibles pérdidas en los niveles de producción que se presentarán y, en algunos casos, se están presentando como consecuencia del cambio climático en el Istmo Centroamericano. Medidas de adaptación de los productores y sus parcelas podrían aliviar estos efectos, como el fomento de la producción de invernadero, métodos de manejo y recuperación de suelos que elevan los rendimientos, cambios en las fechas de siembra asociados a irrigación, introducción de variedades de mayor rendimiento y más resistentes a sequías, así como énfasis en la reconversión de cultivos. De esta manera, resulta importante continuar desarrollando e implementando las políticas públicas agropecuarias y ambientales, con el propósito de adaptarse a los efectos que el cambio climático podría generar sobre los ingresos y ganancias provenientes de la agricultura, en especial de productores de bajos ingresos. |