Abstract |
Actualmente el Estado y la sociedad civil promueven campañas públicas destinadas a crear una cultura de ahorro del agua en la ciudadanía. Se apela a una concientización sobre la finitud del recurso y se busca que las personas cambien prácticas derrochadoras por prácticas responsables con el agua. Sin embargo, en promedio casi la mitad del agua que producen las empresas de agua y saneamiento se pierde por fugas en tuberías y matrices; y la falta de medidores promueve una cultura del desperdicio en los ciudadanos. La carencia de voluntad política y la impopularidad que generaría la incorporación de medidas correctivas se contraponen a una política pública responsable con el agua, que se hace cada vez más necesaria. |