Los voluntarios viajes medicinales son una forma común y popular de proporcionar
servicios a las poblaciones marginadas del mundo afectadas por los gobiernos corruptos, la
pobreza y la falta del acceso a la atención médica. La salud mundial nos informe sobre un
problema del desarrollo, es una medida de la desigualdad global, y amenaza a la seguridad
internacional (Harman 12). Hay innumerables organizaciones que envían voluntarios de los
Estados Unidos a Honduras y Global Brigades es sólo una de éstas. Estas agencias están
conscientes de la necesidad de difundir el conocimiento de la salud y los tratamientos de las
enfermedades de una manera segura y sostenible. Sin duda, estos grupos de voluntarios ayudan
el estatus de la salud de los pobres en un período breve de tiempo que se quedan en los países
extranjeros, pero el apoyo temporal introduce la cuestión más grande, ¿qué pasa con los
pacientes después de los viajes? El término “medical voluntourism” describe estas situaciones
exactamente, porque aparte de los efectos beneficiosos después de que la estancia de miembros
de un programa haya terminado, las visitas medicinales también traen unos efectos negativos no
planeados. La tesis de este ensayo es que si hay una falta de comprensión, experiencia y respeto
a estas culturas por parte de los estudiantes y doctores que vayan a Latinoamérica en los viajes
medicinales, puedan producir efectos dañinos. Estos resultados que puedan incluir la apropiación
de las culturas extranjeras de estas misiones, una aumentación de la dependencia en la atención
médica de afuera y el paternalismo médico, de ahí surge la cuestión de la ética de estos viajes.