Diferentes estudios han analizado los efectos derivados de los cambios institucionales y estructurales sobre la representación política de las mujeres, incluyendo las cuotas de genero y su impacto en el número de mujeres nominadas y electas (Dahlerup & Freidenvall, 2010; Dahlerup, 2007; Norris & Lovenduski, 1993). Algunos se han enfocado en estudiar de forma comparada las diferentes regiones e inclusive, los casos de estudio también han cobrado relevancia (Baldez, 2004, 2007; Vickers, 2010, 2011, 2012; Zetterberg, 2008). En el caso de México, país con múltiples cambios al sistema electoral, incluyendo la adopción de las cuotas de genero, los estudios sobre la representación de las mujeres se concentra mayormente en explicar las consecuencias las cuotas en las elecciones legislativas a nivel federal y a nivel local (Baldez, 2006; Bruhn, 2003; Reynoso & D’Angelo, 2004, 2006; Vidal, 2013). Sin embargo, la representación política de la mujer no solo abarca espacios legislativos. Las mujeres también se han integrado a otros órganos de gobierno y otras ramas del gobierno. No obstante, la ausencia de cuotas aplicables a estos espacios parecería limitar la posibilidad de realizar estudios que expliquen su limitada incorporación. Mas allá de que ninguna mujer ha sido presidente de este país, también se observa que pocas mujeres han tomado posiciones en el gabinete federal. Inclusive, muchas de las Secretarias de Estado nunca han sido ocupadas por mujeres. En 2013 solo tres mujeres eran titulares. Más allá de la composición del gabinete presidencial, es posible verificar en los organigramas de integración de las distintas Secretarías de Estado que, para Marzo de 2014, de las 49 Subsecretarías de Estado solamente el 9.6% se encontraban ocupadas por mujeres. La ausencia de mujeres en altos mandos dentro del poder ejecutivo federal Mexicano es evidente. No obstante, el vació en la literatura es significativo. Por ello, el propósito de este trabajo es el de estudiar la representación de las mujeres en el ejecutivo federal en México. En primer lugar, mediante una revisión de archivos de Presidencia y de los distintos organigramas de las Secretarias, se analiza cuantitativamente el estado de este fenómeno. Se coloca énfasis en las distinciones hechas por la literatura entre “soft and hard portfolios” (Heath, Schwindt-Bayer, & Taylor-Robinson, 2005; Lovenduski, 1986; Randall, 1987). En seguida, mediante entrevistas semi-estructuradas, se busca entender cuales son las principales limitantes o barreras que las mujeres tienen que enfrentar para alcanzar posiciones de alto nivel en el ejecutivo. Este trabajo sugiere que los obstáculos que enfrentan las mujeres tienen su origen en un sistema informal e institucionalizado que opera por encima de los procesos formales de
nombramiento y que se origina en la relevancia puesta sobre el capital político, las redes de trabajo y las elites políticas que operan en el sistema.